El contenido en este artículo no representa un consejo médico, son simplemente los remedios caseros que yo o mi familia hemos aplicado para tratar de aminorar algunos síntomas o enfermedades. Por favor, no cambien una opinión médica profesional o tarden en buscarla por algo que leyeron aquí. En caso de una emergencia médica, se recomienda acudir de inmediato a un doctor o llamar al 911.
Remedios caseros que me enseñó mi familia
Cuando mis hijos se enferman, me siento tan impotente que quisiera poder hacer algo por ellos, para aliviar su dolor o su enfermedad. Siempre los llevo al doctor (haciendo cuentas, creo que visité la oficina del pediatra cada mes del 2018), pero, además, como latina tengo una serie de remedios caseros que nos han ayudado, a mí o a mi familia, a aminorar los síntomas de ciertas enfermedades.
De niña, recuerdo que mis papás siempre me daban miel con limón cuando tenía tos o estaba ronca. Hace poco, en casa de una amiga, mis dos hijos se cayeron accidentalmente mientras jugaban y además de ponerles hielo, mi amiga compartió conmigo una pomada de menta, lo que les ayudó a bajar el enrojecimiento y la hinchazón, además de recordarme a mí lo importante que es para nuestra cultura esta clase de remedios, por lo que decidí que sería el tema de mi siguiente blog.
Para la tos y síntomas del resfriado
Cuando empecé a hacer la compilación de todos estos remedios llamando a mi mamá, mis tías y mis abuelitas, y preguntándoles cómo es que ellas los usan, caí en cuenta que para la tos tenemos una serie de remedios, muchos de ellos envuelven el uso de miel (que se recomienda usar de forma pura y no procesada).
- Miel con limón para la tos y la garganta irritada. Este es uno de los remedios que más uso y también de los que más me recomendó mi familia. A una taza de agua caliente se agregan dos cucharadas de limón con una cucharada de miel; mezclar bien y tomar tibio. Hay quienes únicamente mezclan la miel con limón y se toman una cucharada (así lo hacía de chiquita).
- Té de cebolla morada para la tos con flema. Coloca una cebolla morada picada en trozos en un litro de agua y ponla a hervir. Déjala reposar. Se puede endulzar con miel o azúcar y añadir un poco de limón.
- Té de orégano para la tos y bronquitis. Coloca un puño de hojas de orégano en un litro de agua hirviendo. Deja hervir por tres minutos y después retira del fuego. Espera cinco minutos y después utiliza un colador para retirar las hojas. Puedes endulzar con una cucharada de miel.
- Té de ajo con canela para la tos y el resfriado. Pon dos tazas de agua a hervir. Una vez que esté hirviendo, agrega dos dientes de ajo y una ramita de canela o una cucharada de canela en polvo y cocina a fuego lento por 10 minutos. Retira del fuego y deja reposar para que se enfríe un poco. Utiliza un colador antes de tomar.
- Té de jengibre con limón y miel de abeja para calmar la tos con flema. Colocar una taza de agua y 1 cm de jengibre en una olla a fuego lento por cinco minutos. Retira del fuego, agrega la miel y el limón, deja enfriar un poco y tómalo tibio.
- Pomada de Vicks. Este producto ha resultado esencial en muchos de nuestros botiquines (y es de ahí de donde salen tantos memes). Untarla en el pecho, la espalda y/o los pies, puede ayudar a descongestionar.
- Infundia o grasa de gallina. Aunque yo nunca lo he aplicado (y no creo que lo haga), mi papá me comentó que mi abuelita (que en paz descanse) derretía una cuchara de grasa de gallina hasta que quedara como aceite. Lo dejaba enfriar y después lo untaba en el pecho y la espalda para ayudar a descongestionar.
Para el estómago
- Té de manzanilla. Un remedio que no solo me recomendó mi mamá, sino también varias de mis tías. Un té de manzanilla puede ser una alternativa fácil y rápida para reducir la inflamación y los gases que provocan el dolor de estómago, además de ayudar si tienes algo de indigestión o cólicos.
- Infusión de hierbabuena. Pon a hervir un litro (4 tazas) de agua y justo antes de que rompa el hervor, incorpora 10 hojas frescas de hierbabuena bien lavadas y déjalas durante dos minutos. Apaga el fuego, tapa la infusión y deja reposar por 10 minutos. Cuela para separar las hojas; se puede tomar tibio, poner en el refrigerador o agregar hielo para tomar frío.
Para los golpes, heridas y dolores musculares
- La primera opción que muchas de nosotras siempre aplicamos. Un cubito de hielo envuelto en una servilleta de tela aplicado sobre la zona del golpe ayudará a que se desinflame o no se forme un moretón.
- Pomada de menta o árnica. Estas son muy comunes y las venden en las farmacias. Recientemente, la que mi amiga compartió conmigo fue la pomada de menta y puedo decir que la mejoría fue notable en los golpes de mis hijos.
- Sábila con miel de abeja natural. Mi abuelo materno, que en paz descanse, era diabético y las heridas tardaban mucho tiempo en sanarle. Una de mis tías me cuenta como este remedio le funcionaba para ayudar a su cuerpo a sanar; lo que ellos hacían era lavar bien la herida, ponerle un poco de miel pura, taparlo con un pedazo de penca de sábila y vendarlo. Para mi familia fue impresionante ver cómo su piel se regeneraba rápidamente al hacer este remedio.
- Hojas de romero con alcohol. Su uso es en modo externo o con ayuda de compresas. En un recipiente hermético se colocan 50 gramos de hojas de romero (de preferencia frescas) y sobre ellas se vierten 250 ml de alcohol de 70. Antes de usar, se debe dejar cerrado en un lugar oscuro por 15 días, acordándose de agitar la mezcla todos los días para que el romero desprenda su esencia. Pasados los 15 días, se filtra el alcohol y se guarda en un envase oscuro y bien cerrado para cuando se necesite. El llamado alcohol de romero también lo venden en algunas farmacias naturistas en México y tiene la indicación de que las personas epilépticas o embarazadas deben tener cuidado con su uso.
