Lo Siento Niños, Mamá Habla Con Acento

El otro día, alguien se burló de mí por la manera en la que hablo inglés, y la verdad es que me hizo sentir muy mal. Bueno, más o menos. 

Estaba haciendo mi mejor esfuerzo por hablar inglés, y esta persona se empezó a burlar de mí porque la forma en la que dije una palabra le pareció demasiado chistosa. Y eso no fue todo, el sujeto decidió imitarme y ponerme en ridículo -junto con la persona que estaba a su lado y que no paraba de reír- haciendo toda una parodia mientras los dos repetían constantemente lo que yo acababa de decir. Esos dos tipos, eran mis hijos. 

La primera vez que alguien me dijo algo de mi acento fue en mi luna de miel. Durante el viaje, mi esposo y yo conocimos a una pareja norteamericana que quedó perpleja cuando les dijimos que los dos éramos mexicanos. “Pero, ¿por qué tú no tienes acento como el de ella?” le preguntó la mujer a mi esposo mientras seguía con la boca abierta del asombro. Si tanto quieres saber, él creció hablando inglés en su casa, por eso lo habla tan bien, misterio resuelto.

Como te podrás imaginar, mi lengua materna es el español. A pesar de que he sido bilingüe toda mi vida, de vez en cuando me pasa que la gente no me entiende cuando estoy hablando inglés. Cuando digo ‘de vez en cuando’ quiero decir siempre, y cuando digo ‘gente’ me refiero a mis hijos.

Yo solía ser una mujer segura de mi inglés, hasta que mis hijos crecieron lo suficiente como para darse cuenta que su mamá a veces no lo habla tan bien. Todo comenzó con los nombres de sus amigos. Al parecer, no sé cómo decir ‘Charlotte’ o ‘Jack’. “Mami…” me dijo una vez mi hijo tratando de no mostrar su desesperación “‘Jack’ se escribe J no con Y, estás diciendo Yack, como si dijeras ‘ya qué”. ¡Madre mía! Tengo a dos pequeños justicieros del inglés en casa. 

Cosas así pasan todo el tiempo, me corrigen la pronunciación casi todos los días. En poco tiempo ya tienen una larga lista de palabras en inglés que aparentemente no puedo pronunciar: Waffles, shark, gone, chew, gym, básicamente cada una de las palabras que digo que no sea en español. 

La palabra que tanta risa les dio el otro día fue ‘tooth’, diente en inglés. Mis hijos no podían parar de reír porque dije ‘Toot’ Fairy. En inglés toot -sin la H al final- es una manera de decir gas o flatulencia, y pues al parecer sí es importante hacer el sonido “th” porque la gente que habla inglés sí lo nota. Yo no escucho mucha diferencia entre ‘toot’ y ‘tooth’, pero para mis hijos es la cosa más graciosa del mundo. 

Todavía seguíamos riendo por el ‘hada de los gases’ cuando me puse a pensar que probablemente otras personas también se dan cuenta cuando digo cosas así, sólo que no me lo dicen ni se ríen en mi cara porque, a diferencia de mis hijos, los demás sí tienen filtro. Bueno, casi todos. En una ocasión, un mesero malhumorado se hacía pato no me entendió cuando le pedí salsa ‘búfalo’ y no ‘buh-fuh-low’, lo cual le pareció la oportunidad perfecta para darme una lección de inglés, en pleno restaurante de alitas. Él tampoco tenía filtro. 

Cuando tengo problemas para decir algo en inglés, la mayoría de las personas hacen un esfuerzo por comprender, ¡y lo agradezco mucho! Si noto que alguien no me está entendiendo mientras hablo, les digo: “Téngame paciencia, este no es mi primer idioma”, no para hacerlos sentir incómodos, simplemente porque es la verdad y no tiene nada de malo. 

Nadie nunca debería sentirse avergonzado por hablar con acento o pronunciar mal una palabra. Cuando escuchamos a alguien hablar un idioma con dificultad, todos deberíamos ser amables, pacientes, y reconocer el esfuerzo que están haciendo. Alguna vez me disculpé con alguien por no tener un inglés perfecto, a lo que me contestaron: “¿Te das cuenta que tú eres la que estás hablando dos idiomas?, ¡Los que estamos en desventaja aquí somos nosotros!” Siempre estaré agradecida con mis amigos que me dicen “No te preocupes, sí te entendí” aún cuando lo que digo en inglés no tiene sentido. 

Quiero que mis hijos sepan que crecer siendo bilingües es un regalo que deben de disfrutar y aprovechar. Quiero que siempre se sientan orgullosos de hablar un segundo idioma, y lo más importante, quiero que sepan que nunca jamás deben hacer sentir mal a alguien porque habla con acento, y mucho menos burlarse de ellos. Bueno, tal vez nada más de mí, porque me encanta reír con ellos y además, -aquí entre nos-, a mí también me da mucha risa lo del ‘hada de los gases’.

Alejandra
Born and raised in Mexico just two hours away from San Antonio, Alejandra moved to the Alamo City in 2010 with her husband. A year later they welcomed their first son, and in 2013 she officially became a mom of two boys. She has a degree in Communications from the University of Monterrey, and has worked as a writer and editor for both print and web media. A classically trained pianist, Alejandra currently freelances as a copy writer and translator. Favorite Restaurant: Palenque Grill Favorite Landmark: The Historic Pearl Favorite San Antonio Tradition: Fiesta de las Luminarias

2 COMMENTS

  1. yo estoy igual que tu, aunque mis hijos todavia no dicen nada, van al dual language y prefieren hablar espaniol… hasta ahora

    • Hola Berenice, ¡qué bien que prefieren el español! Nosotros tenemos la regla de hablar español en casa, es importante que no lo dejen.

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