Durante los últimos días de diciembre, en mi casa tenemos una “limpia de juguetes”. Hacemos esto cada año después de Navidad y algunas veces después de los cumpleaños de mis hijos. No tiene mucha ciencia: después de que los niños reciben un montón de juguetes nuevos, tratamos de organizar los juguetes que ya tenían y separamos los que ya no usan. Sin piedad. Al final, donamos algunos de los viejos juguetes y hacemos espacio para los nuevos.
Mis hijos son muy afortunados de tener una gran familia que los quiere y los consiente, especialmente con muchísimos regalos en Navidad, ¡a mis hijos les encanta! Y a mí me encanta ver su cara de emoción cada vez que abren un regalo. Esta Navidad tuvimos algunos problemas de salud y nos perdimos el festejo navideño con toda la familia, mis hijos estaban muy tristes, pero todos pensaron en ellos y les enviaron sus regalos. Mientras abría sus regalos, mi hijo menor no paraba de gritar “¡Gracias tío/tía donde quiera que estés!”. ¡Cuánto agradezco estos grandes detalles!
Usualmente el resultado de toda esta emoción es un montón de juguetes nuevos. Juguetes que les encantan y los entretienen por horas, pero al fin de cuentas muchos juguetes. Para mí sería más fácil guardar todo con los demás juguetes y dejarlos ahí amontonados para siempre, pero ahora me emociona esta limpia que hacemos cada año en familia.
Sé que muchos papás de deshacen de juguetes sin que sus hijos se den cuenta, pero a mí me gusta que mis hijos se involucren porque creo que hay muchas enseñanzas. Estas son algunas de las razones por las que lo hago:
Prueba Visual
Por más que les digo “Tienes un millón de juguetes” cada vez que me dicen que están aburridos, no hay nada mejor que sacar todos los juguetes de sus cajas y acomodarlos en el piso, una prueba visual de la cantidad de juguetes que tienen y que a veces olvidamos. ¡Es impresionante cuántos juguetes puedes guardar en los muebles de IKEA!
Reencuentro con Viejos Juguetes
A veces un juguete se pierde en el fondo del cajón y se queda ahí por meses. Sacar todo de su lugar ayuda a encontrar viejos tesoros perdidos. Cada vez que organizamos sus juguetes, mis hijos terminan jugando con alguno de sus favoritos que creían haber perdido.
Menos Desorden
El desorden atrae más desorden. Es facilísimo amontonar juguetes encima de otros juguetes, pero si hacemos esto, mis hijos no sabrían ni qué jugar. El evitar tener un número ilimitado de juguetes nos ayuda a mantener el cuarto de juegos limpio y ordenado, o al menos nos ayuda en nuestro intento de mantener las cosas su lugar.
Compartir lo Bueno y Ayudar a los Demás
Mi esposo y yo incitamos a nuestros hijos a donar todos los juguetes que ya no usan, todo desde juguetitos de McDonald’s hasta los que alguna vez fueron sus favoritos, sin importar que sean los más grandes y costosos. Hace poco donaron todos sus Paw Patrols, incluyendo algunos regalos grandes de Santa de hace un par de años. No voy a mentir, me costó mucho regalarlos cuando vi la enorme caja con toda su colección, pero no los habían tocado en años, y todos esos juguetes cumplieron su propósito de hacer felices a mis hijos por un tiempo. Ahora es momento de que otros niños los disfruten tanto como hijos algún día lo hicieron, estilo Toy Story.
Desprendimiento
Muchas personas se aferran a cosas materiales y no pueden dejarlas ir. Creo firmemente que si batallas para deshacerte de cosas, tampoco podrás deshacerte de sentimientos negativos, pensamientos negativos y otras cosas que te hacen daño. Yo espero que si mis hijos saben decirle adiós a sus juguetes desde pequeños, aprenderán a no depender de cosas materiales mientras crecen, y que eventualmente sabrán cómo dejar ir todo lo que no necesitan y desprenderse de manera saludable.
No Comprar por Comprar
Mis hijos quieren comprar juguetes cada vez que vamos a la tienda. A veces ni siquiera es algo que les gusta, simplemente lo quieren nada más por comprar algo. Además, quieren coleccionar todo lo que existe. Primero eran los mini trenes de Thomas the Train, después los Tsum Tsums de Disney, pasaron por dragones, dinosaurios, robots, Hot Wheels y tarjetas de Pokemon. Después de algunos meses, los juguetes terminan en el fondo del baúl. Esta actividad la hacemos con la esperanza de crear conciencia (tanto en mis hijos como en nosotros como papás) de lo que consumimos y el desperdicio que puede representar. Y de pasada recordarles a ellos (y a nosotros) que la felicidad no se mide con cosas.
Estas son sólo algunas de las razones por las que hacemos esta limpia de juguetes cada año. ¡Te invito a intentarlo! Y no se trata de cierto número de juguetes ni un número de cajones por llenar, se trata de lo que funcione para tu familia, porque al final todo es cuestión de perspectiva. Algunas personas me han dicho que mis hijos tienen demasiados juguetes, y al mismo tiempo hay quienes se impresionan de que “mis hijos casi no tienen juguetes”. Si me preguntas a mí, yo pienso que tienen juguetes de más, pero mis hijos dicen que tienen justo lo que necesitan, así que voy a disfrutar el cuarto lleno de juguetes mientras dure, y voy a hacer mi mejor esfuerzo por mantenerlo en orden.
