Mi Historia Al Ser Una Mamá Que Trabaja

Este mes, cumplo 10 años de trabajar para la compañía que me vio convertirme en mamá y no puedo evitar pensar en lo mucho que han cambiado las cosas desde que inicié. Hace poco, observaba a una de mis nuevas compañeras llena de emoción por un proyecto y me ponía a pensar que yo alguna vez fui como ella… No es que las cosas ya no me emocionen, adoro mi trabajo, pero el tiempo y el convertirme en mamá me ha cambiado mucho.

Seamos realistas, cuando inicié en este empleo quería comerme el mundo. No me importaba trabajar horas extras o fines de semana, lo que me importaba era aprender y demostrar lo que yo podía lograr.

Conforme pasaron los años, recibí algunos golpes de realidad. También me encontré con personas que directa o indirectamente, me hicieron caer en cuenta sobre lo verdaderamente importante y a los cuatro años de estar trabajando para esta compañía, me convertí en mamá <3

Mi primer hijo llegó en un momento en el que parecía que mi esposo y yo, crecíamos profesionalmente al habernos mudado de ciudad. Pero los hijos llegan a enseñarnos muchas cosas y lo primero que ese pequeñito nos enseñó, es que nuestros planes podían cambiar en cualquier momento.

Trabajé embarazada hasta el último día, sabiendo que debía regresar a la oficina después de tomar 12 semanas de tiempo de maternidad. Admiro a las mamás que toman la decisión de quedarse en casa junto a sus hijos, pero para mí, la decisión siempre fue regresar.

Disfruté cada día de las 12 semanas que estuve junto a mi bebé luego de que naciera, hasta esa mañana de noviembre, cuando después de dejar a mi hijo bajo el cuidado cariñoso de su tía y bisabuela, tuve que marchar. Me marcó tanto ese día, que aún recuerdo la primera canción que salió en mi carro cuando me subí, era la de ‘We are young’ de Fun ft. Janelle Monáe, y así, marché llevando conmigo mi bolsa, la mochila con la computadora, mi lonchera y la pompa para lactancia. Sentía que me estaba mudando. El tráfico de ida no fue tan difícil como el de regreso, se me hacía eterno.

Antes de que naciera mi hijo decía estar terriblemente cansada, pero me di cuenta de que el tener un bebé trae un tipo de cansancio completamente diferente. Antes de tener hijos no tenía tiempo para nada (o al menos eso decía yo), así que no sé de dónde ha salido todo el tiempo extra que requieren los niños.

Empecé a priorizar más en el trabajo, aprendí a delegar, dejé de aferrarme tanto a muchas cosas. Puedo decir que nunca he descuidado mi trabajo, que sigo echándole todas las ganas, pero ha sido de manera diferente.

Aprendí a decir NO. Eso fue difícil, pero muy importante. No siempre he estado disponible los fines de semana y no siempre me he podido quedar tarde, ¿pero saben algo? No pasó nada. Encontré otras formas de apoyar, encontré otras formas de dar lo mejor de mí.

Lo mismo sucede cuando uno de mis hijos está enfermo. Ha habido proyectos importantes que deben esperar, pero si es realmente urgente, he comprobado que siempre habrá alguien que salga al rescate.

Y así como el trabajo algunas ocasiones debe esperar, a veces también los hijos necesitan darnos ese tiempo. Trabajo creando contenido digital para una compañía hispana y nunca olvidaré cuando murió Juan Gabriel, un famoso cantante mexicano, y tuve que ponerme a trabajar en domingo, tras haber llegado de un viaje a México en el que celebramos el segundo cumpleaños de mi hijo. En ese momento yo sabía que ese era un hecho histórico y que yo debía estar trabajando.

Cuando nació mi segundo hijo todo fue más tranquilo, pero me costó aún más regresar a trabajar y dejar a ese pequeñito que desde las 12 semanas conoció la guardería. Ahora no solo era uno, sino dos niños a los que debía preparar y dejar a tiempo. No voy a negarlo, esta es una rutina muy difícil, aún se me ponen los ojos llorosos al recordarlo porque uno siente que vive contra el tiempo y frecuentemente, no alcanzamos a hacerlo todo. El cansancio es parte del día a día, pero al final, todo pasa y también recuerdo este periodo con una sonrisa.

Como mamás tenemos que aprender a qué le damos relevancia y lo más importante, reconocer que no estamos solas. Aún y para aquellas que, como yo, no tenemos más familia en la misma ciudad en la que vivimos, tenemos a nuestras parejas.

Al principio, solía enojarme porque mi esposo no hacía las cosas como yo, pero después también me di cuenta de que es la manera en que nos complementamos y que los niños lo necesitan a él, tal y como es, tanto como nosotros necesitamos trabajar en equipo.

Además, tenemos la guardería y las maestras que están con nuestros hijos, ellas que les entregan su amor, protección y cariño para que nosotros podamos trabajar, y que nos brindan a los padres palabras de ánimo, que nos motivan a seguir dando lo mejor de nosotros.

Se ha idealizado a la madre que trabaja, la mujer que todo lo puede y yo estoy de acuerdo, todo lo podemos, pero aprendiendo a confiar y sabiendo que a veces, nuestros planes cambian y llega el momento de hacer un nuevo plan.

Conforme mis hijos crecen, he visto cómo las necesidades cambian. Tengo un hijo de 6 años en primero de primaria y un hijo de 2 años en guardería, y aunque hasta el momento sigo trabajando, no sé si en algún momento las circunstancias me lleven a bajar el ritmo, trabajar medio tiempo o incluso, convertirme en mamá de tiempo completo, pero sé que estará bien si es lo que Dios tiene destinado para mí.

Si eres una mamá que trabaja y ya leíste hasta este punto, nunca olvides que también contamos con el apoyo de otras mamás. Estoy en diferentes grupos de Facebook, pero uno de los que más me ayuda, es el de mamás que comparten mi misma profesión y sé que ellas pasan lo mismo que yo. A veces, comparto mis historias, a veces leo las de ellas, pero lo más importante es que sé que no estoy sola, como tú tampoco lo estás.

Aidee
Born and raised in the north part of Mexico, Aidée is a mom of two boys who considers San Antonio a great place to raise kids, even though all her family lives on the other side of the border. She speaks only Español at home and tries to teach her boys about their heritage, learning as well about American traditions and having fun adapting to both cultures. Favorite Restaurant: Palenque Grill Favorite Landmark: Mission San Jose Favorite San Antonio Tradition: Rodeo